Silvia
Silvia quiere decir a los cuatro vientos «esta soy yo» Ha conocido este proyecto y no ha perdido ni un minuto en ofrecerse para que la fotografiásemos. Lo necesita, necesita verse a través de nuestra cámara.
Con 39 años y gerente junto con su hermano de una pequeña empresa, nos cuenta que siempre ha sido la feucha, el patito feo. Lleva buena parte de su vida con esa carga psicológica «En general soy una persona con muchísimos complejos que vienen desde que era bien pequeña. Siempre he sido la niña bajita con gafas y feucha. Llevaba ropas anchas para no marcar el pecho ya que antes tenía bastante y me daba vergüenza. Ahora me pasa lo mismo pero al contrario, siempre llevo sujetador para sentirme bien con mi pecho. Y nunca salgo de casa sin darme unos toques de maquillaje»
Siempre he sido la niña bajita con gafas y feucha
Su vida la valora de una forma contundente, lo más importante de su vida son sus compañeros perros y gatos. Han estado con ella en los buenos y en los malos momentos y nunca la han abandonado. Siempre han estado ahí. Toda su vida la organiza en base a ellos. Siempre ha querido estar en una protectora de animales y echar una mano, pero nunca encontraba esa fuerza de ir sola y dar el paso. Estaba muy metida en su matrimonio y no era capaz de salir de ese bucle de casa, trabajo y marido, hasta que se divorció y con mucho esfuerzo y lloros se vio fuerte y capacitada para hacer lo que quiso de verdad, ayudar en una ong, conocer gente, ir al gimnasio y relacionarse en otros ambientes y en general poder hacer cosas que ella siempre pensó que no podía: ser una persona totalmente diferente a lo que era antes. También junto con su hermano ha conseguido quitar a su madre de trabajar «Se lo merecía, ha trabajado mucho«
Nos reconoce sus pequeñas obsesiones: «No me siento guapa, con mis ojeras de cansancio. Realmente a la pregunta de qué me gusta de mi cuerpo no se responder, porque hoy en día no he encontrado algo que me guste, quizás el color de mis ojos.»
queda mucho por vivir y cambiar de actitud, vivir el día a día.
Silvia está nerviosa a la espera de ver sus fotos terminadas. Le adelantamos alguna y nos dice que una que le gusta mucho es precisamente donde se ve cansada y triste, porque a veces es así como se siente y la hace pensar que le queda mucho por vivir y cambiar de actitud, vivir el día a día. Y como ella misma dice «la cámara no engaña«