Cris


Cris se ha ofrecido voluntaria para participar en EstaSoyYo y nos visita en el estudio. No nos conocemos de nada, y lo primero que le preguntamos al escucharla es si está afónica. Cagada, empezamos bien. No, no está afónica. Podéis leer su entrevista.

Cris con 33 años se gana la vida como logopeda, y nos lo recalca «Sí, los que enseñamos a decir la «r«, aunque también nos aclara que una logopeda hace más cosas además de eso: evalúa, diagnostica e interviene en problemas de lenguaje, habla, voz, comunicación, deglución… así que nos esforzamos por hablar muy bien con ella durante la sesión de fotos, no vaya a ser que nos eche una bronca 🙂

Sobre todo, y lo que más le importa en esta vida a Cris es su chico, sus amigos,  y por su supuesto sus gatos y la familia. No sabemos si en ese orden, pero ya solo con saber que quiere a sus gatos con locura, nos ha ganado totalmente.

Al final la voz no es algo que se vea pero casi va a la par con el aspecto físico, es una de las primeras cosas que la gente ve de ti cuando te conocen, cuando me oyen por primera vez la mayoría de la gente te pregunta si estás enferma o afónica.

Y llegamos a las preguntas temidas, donde Cris nos revela que siempre ha tenido complejos como sus pies «yo digo que son como los de un hobitt«, las rodillas, la nariz que no es simétrica, su altura «me he puesto tacones miles de veces, lo he dejado por imposible, demasiado incómodo, no estoy yo para pasarlo mal, dolor de pies, andar en modo chiquito de la calzada, es mejor quedarme en el 1’53» También se queja de sus ojeras casi permanentes, que las odia porque la gente siempre le dice que tiene cara de cansada. Tampoco le agrada su pecho, que según ella es pequeño «Siempre he querido tener más, aunque ahora me gustan porque creo que si lo tuviera más grande estaría desproporcionada«. Y por supuesto Cris nos reconoce una de las cosas por las que ha tenido complejo durante años y es la cicatriz del cuello. Es una traqueo que le hicieron al poco de nacer, por prematura «No es muy grande pero aún así había veces que intentaba disimularla. Hay gente que al principio ni lo nota pero cuando me oyen hablar automáticamente va asociado a señalar la cicatriz para explicar porque tienes esa voz. No es una voz bonita, ni femenina, es una voz soplada y ronca, a día de hoy no me importa, pero ha habido etapas peores. Ahora no me molesta en absoluto, me he acostumbrado a oírme y es totalmente funcional en mi vida diaria, así que me vale! Aunque a veces cansa. Al final la voz no es algo que se vea pero casi va a la par con el aspecto físico, es una de las primeras cosas que la gente ve de ti cuando te conocen, cuando me oyen por primera vez la mayoría de la gente te pregunta si estás enferma o afónica. Y cuando ven la traqueo y les dices la palabra prematura, entonces viene el comentario de ay! Lo siento, pobrecita… de pobrecita nada!. Hay gente que no te dice nada..porque lo ven normal, piensan que estás constipada o no te dicen nada por vergüenza y luego está la gente que te dice cosas como ¿te duele? ¿puedo tocar? Y las que directamente tocan me han llegado a aconsejar que me haga cirugía para eliminar la cicatriz, a lo que yo les contesto que no es algo necesario, siempre ha estado ahí y a mi ahora no me molesta, es parte de mí.»

Cris al menos nos reconoce en la entrevista que por supuesto hay cosas que le gustan de su aspecto físico, como su boca, los ojos, la espalda, sus tatuajes, cada uno tiene un significado y están hecho en un momento concreto de mi vida. Aunque la lista que nos ha detallado de sus pequeños complejos es muy larga, y para eso estamos aquí, para que se vea desde otros ojos, y a través de una cámara real y amable.

La gente siempre va a hablar de todo: que si te sobran kilos, que si eres bajita, que si estás delgada o fuerte, o te critican porque llevas piercing o tatuajes.

Eso sí, Cris nos emociona cuando le preguntamos de que se siente orgullosa como persona y como mujer: «Haber llegado a ser una persona totalmente independiente, aceptarme tal y como soy, con mi altura, con mi pecho, con mis cicatrices, con mi voz. Si no te aceptas tú, el resto menos. A verme bonita tal y como soy, a ver esos -defectos- como algo natural y a hablar de ellos de la misma forma. Cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre y no podemos pretender ser todos iguales. La gente siempre va a hablar de todo: que si te sobran kilos, que si eres bajita, que si estás delgada o fuerte, o te critican porque llevas piercing o tatuajes. ¡Señores! No soy peor profesional por llevar tatuajes!! La sociedad ejerce una gran presión, como hay qué vestir, qué hay que comer, donde tenemos que ir, con quien te tienes que acostar, y si te sales de ahí, eres raro, sales de la norma y asustas. Hay que aprender a vivir con una misma y aceptarse, quererse, pero no solo eso, hay que cambiar muchas más cosas de base, como la forma de educar en esta sociedad. Menos cuentos de princesitas.»

Para finalizar preguntamos a Cris que le ha parecido la sesión fotográfica y el resultado: «Me ha sorprendido la sesión porque he estado cómoda y el resultado es genial, no pensaba que fuera a haber ni una sola fotografía que me gustara. Realmente la sesión te ayuda a verte desde fuera. Creo que es un gran proyecto.«