Isillalm


Isa nos recibe en su casa, pequeña y acogedora, como ella. El gato nos mira con cara de pocos amigos, lo normal en un gato, no le gustan los extraños. A lo largo de un par de horas, hemos reido, charlado mucho de todo y nos hemos llevado algún zarpazo. 

Isillalm, como le gusta que la nombremos, tiene 35 años y es Técnica en proyectos de voluntariado, en concreto trabajando para el Ayuntamiento de Madrid. Lleva varios proyectos a su cargo, todos vinculados con medio ambiente y animales. Además de Trabajo Social y ser monitora de ocio y tiempo libre, hace varios años estudió el Máster de Sexología sustantiva. «Intentamos dar un enfoque de la sexualidad donde la sexuación es el centro de estudio, y cuyas preguntas dan lugar a más preguntas. Gracias a esta formación he dado talleres en institutos, en recursos para personas con adicciones, hago terapia de pareja y colaboro con relatos eróticos y artículos de opinión en la revista Somos Peculiares. Con el tiempo libre que me queda, me dedico a cuidar de mi familia gatuna, hemos añadido una nueva miembro a la familia y necesita bastantes cuidados. Y por supuesto a escribir, que es una de mis pasiones.»

Lo mejor es ser paciente, vivir mi vida como creo que debo vivirla y respetar a quien no quiera acompañarme ni esté de acuerdo.

Foto va, y foto viene, nos movemos por su casa buscando encuadres bonitos, o subimos a la azotea para observar Madrid. Mientras le preguntamos que es lo más importante para ella en la vida: «Esta pregunta es compleja, porque depende mucho del momento en el que me la hagas. Ahora mismo te diría que sin escribir y sin música no soy nadie. Pero también de las personas que me rodeo, que me enseñan cada día un montón de perspectivas y cosas nuevas, de los que aprendo y me nutro, y sin los cuales no sería lo que soy. Algo muy importante para mí es el aprendizaje. Podría escribir una lista infinita de errores que he cometido, y probablemente de los que cometeré, pero si algo me ha enseñado todo esto de estudiar y comprender al ser humano, es que cada hecho tiene su consecuencia, cada acción tiene una reacción, cada perspectiva de la realidad es una verdad, por lo que no hay verdades absolutas. Ya dejé hace tiempo de discutir, de querer llevar razón y de convencer. Cada uno de nosotros tenemos más o menos las mismas capacidades de aprendizaje, pero no significa que los momentos sean los mismos para todos/as. Lo mejor es ser paciente, vivir mi vida como creo que debo vivirla y respetar a quien no quiera acompañarme ni esté de acuerdo. Todo nos enseña algo, y casi siempre nos lo enseña dejando pasar un tiempo prudente, y con perspectiva.»

Hace un par de veranos, fue dar un giro de 180º a mi vida, relajarme, encontrar la paz que necesitaba, y en un par de semanas perdí dos o tres kilos. No sabes cómo me sentía, como si fuese Kate Moss, en serio. Parecía que ya era otra persona, y es que probablemente lo era, pero por otros motivos.

Seguimos esquivando al gato mientras invadimos el dormitorio, pero él ya ha decidido que quiere también salir en las fotos… bueno, a ver si hay suerte y nos deja acariciarle un poco… no, sigue sin dejarnos. Mientras Isa nos confiesa que siempre ha tenido conflictos con su barriga «Soy tripona, como mi madre. Por muchas abdominales que hiciera, siempre había un bulto. Nunca he enseñado el ombligo, nunca me hice tatoos o piercings en esa zona, y casi siempre he llevado ropa holgada para que no se notara. Encima hace unos años engordé bastante porque estuve mucho tiempo con ansiedad, y cuando esto me pasa, como como si no hubiera un mañana. Soy muy golosa, es de familia, qué le vamos a hacer. Es verdad que en general nunca he tenido mucho complejo con mi cuerpo, ni me ha obsesionado el peso, nunca he hecho dieta de régimen, pero en esa época, me sentía muy fea, que no gustaba a nadie, ni siquiera a mi pareja de entonces. Y oír ciertos comentarios tampoco ayudaban. Según el índice ese que marcan cuando tienes sobrepeso u obesidad, yo estaba rozando el límite del sobrepeso. Es decir, que sabía que había gente con muchos más problemas que yo, pero un simple gesto tan tonto como correr a por el bus, ya lo notaba porque me fatigaba, y no me sentía cómoda al mirarme al espejo. Siempre he hecho algo de deporte, gimnasia rítmica de niña, aerobic, GAP, spining, yoga, pero aun así no me quitaba los kilos que yo sentía que no eran míos. Hace un par de veranos, fue dar un giro de 180º a mi vida, relajarme, encontrar la paz que necesitaba, y en un par de semanas perdí dos o tres kilos. No sabes cómo me sentía, como si fuese Kate Moss, en serio. Parecía que ya era otra persona, y es que probablemente lo era, pero por otros motivos. Y un gesto como salir y gustar, cosa que hacía tiempo no pasaba, fue el pequeño empujón de alegría que mi cuerpo, pero sobre todo mi mente, necesitaba. Sigo teniendo tripa porque eso va conmigo, como mis mofletes, pero ya no me preocupan demasiado. Todas las mujeres cometemos un error: compararnos con las que creemos que están mejor que nosotras, y cuando ves imágenes de tantas mujeres diferentes, con mogollón de variedad, aprendes que ¡chica, o te quieres tú o no habrá nadie que te quiera!»

…mejor lucir mi cuerpo ahora que todavía me siento con ganas. Además que siempre hay un roto para un descosido y lo que para ti es un defecto para otro es la cosa más maravillosa del mundo.

Isa es sexóloga, pero no por eso, nos confiesa, tiene por qué saber ligar mejor que nadie. Al contrario, nos dice, no ha ligado en su vida porque siempre salía a divertirse con los amigos y pasaba totalmente de los tíos. «Soy muy tímida aunque no lo parezca, la gente se sorprende con esta afirmación pero es verdad. No tengo nada que llame la atención, mi estatura está en la media, mis tetas son pequeñas (cosa que me encanta), mis ojos marrones, mi pelo castaño (eso desde los 15 no porque siempre lo he teñido de diferentes colores), un cuerpo normativo que se dice. Pero sí es verdad que cuando me pongo un poco de raya negra en los ojos y un pegote de rimmel, la gente me suele decir que les gusta mi mirada. Así que suelo dejar que mis ojos hagan parte del trabajo. Y bueno por herencia familiar el culo ha sido un punto a favor, porque según mi padre tenemos culo pollo. Lo que para la gente de a pie es respingón. Es verdad que no tengo el que tenía con 20 años, pero algo se sigue manteniendo. Así que como es ley de vida que siga envejeciendo y mi cuerpo se adapte a mis años, mejor lucirlo ahora que todavía me siento con ganas. Además que siempre hay un roto para un descosido y lo que para ti es un defecto para otro es la cosa más maravillosa del mundo.»

Siempre preguntamos a nuestras amigas de este proyecto que se han propuesto en la vida que hayan conseguido y que se sientan orgullosas. Es una pregunta que nos gusta plantear, porque casi todas ellas demuestran el gran esfuerzo que les supone a todas ellas conseguir ciertos retos solo por el hecho de ser mujeres. En el caso de Isa, le cuesta contestarla «En lo social se potencian mucho las habilidades sociales y aprendemos a escuchar valores positivos que nos suelen incomodar mucho. Porque lo malo lo oímos casi siempre y además nos lo creemos, pero lo bueno en general no estamos acostumbrados y nos suele dar más pudor. Objetivos en general sacarme todos los estudios que tengo, sobre todo ser sexóloga. Estoy muy contenta de haber dejado atrás cosas que me hacían daño, pasos que pensé que nunca sería capaz de dar. Y atreverme a expresar lo que siento, sin miedo a represalias. Toda mi vida me he sentido juzgada por cómo pensaba o cómo sentía, sobre todo por mis errores. Me sigue pasando. Pero llevo practicando desde hace años la sinceridad y la naturalidad, y me va bien. A grandes rasgos. Está claro que no todo el mundo puede ser como yo, ¡y menos mal! Es verdad que a veces decir lo que sientes para otra persona puede ser un conflicto porque no lo sabe gestionar, o porque no tiene herramientas para vivir con eso. Así que sin querer cometer demasiado “sincericidio” (palabra que me enseñó uno de mis profes del máster), intento estar en calma con lo que digo y pienso. Y ¡joder! que haya mandado dos relatos a un concurso y en uno quedar segunda, y en otro finalista de entre 100 relatos, es algo que motiva mucho. Seguiremos intentándolo.»

…venía de estar prácticamente toda mi juventud en pareja, y conocían cada milímetro de mi piel. Pero amiga, ahora me enfrentaba al mundo de lo desconocido. A encontrarme con chicos con diferentes gustos y opiniones sobre lo que es bello o no, y entre los miedos, los complejos, el no sentirte bonita, etc, pues pensaba en ese momento de acabar en la cama con alguien y me daba cierto reparo.

Vamos terminando, hemos disfrutado muchísimo de las fotos, llevamos un par de zarpazos en el brazo y nos sentamos un rato a charlar de sexo, de chicos y chicas, de la vida… hablar con Isa es no parar… podríamos estar con ella toda la noche bebiendo cervezas y charlando de todo. Y llegó la pregunta final que siempre nos preocupa por si no lo hemos hecho bien ¿Te ha ayudado a verte o sentirte mejor en la sesión?  Y su respuesta nos deja sin palabras porque la sinceridad de esta mujer es básicamente la sinceridad de nuestro proyecto fotográfico «Pues la sesión ha sido maravillosa. Porque tú haces que parezca que te conociera de toda la vida, y das una confianza y una cercanía que me sorprendió gratamente. Si lo pienso objetivamente me he desnudado delante de mi familia, delante de mis parejas y delante de mis amigas. Nunca he hecho nudismo, como mucho topless. Pero sí he tenido cierto conflicto ahora con mi soltería, porque venía de estar prácticamente toda mi juventud en pareja, y conocían cada milímetro de mi piel. Pero amiga, ahora me enfrentaba al mundo de lo desconocido. A encontrarme con chicos con diferentes gustos y opiniones sobre lo que es bello o no, y entre los miedos, los complejos, el no sentirte bonita, etc, pues pensaba en ese momento de acabar en la cama con alguien y me daba cierto reparo. Eso sí, todo es ponerse.

Lo complicado es cuando no sólo enseñas tus tetas, sino que una parte de tu alma a veces también se desnuda en esa cama, y ahí es cuando te sientes vulnerable y pequeña y dices -Me cago en todo quién me mandaría a mí meterme en estos jardines-, o mejor dicho, por qué no hice caso a mi instinto, por qué no me resistí a aquella boca, por qué no hice caso a Kase O y escapé en lugar de dejarme llevar  Pero bueno, es lo que tiene ser tan expresiva, que al final no puedes evitar ser como eres. Y a quien no le guste pues aire.

…nosotras a veces nos perjudicamos más por las vivencias que hemos tenido y la sociedad, que nos ha enseñado que las chicas guapas salen maquilladas como puertas. Pero por suerte esto está cambiando. Ahora, que me siento una mujer libre y hago lo que me sale del unicornio, me siento más tranquila en general.

Me dio cierta rabia que me dijeras que no podía maquillarme, porque mis ojos ganan bastante con un poco de raya negra. Supongo que nosotras a veces nos perjudicamos más por las vivencias que hemos tenido y la sociedad que nos ha enseñado que las chicas guapas salen maquilladas como puertas. Pero por suerte esto está cambiando. Ahora, que me siento una mujer libre y hago lo que me sale del unicornio, me siento más tranquila en general. Estoy en equilibrio entre cuerpo y mente y eso hacía tiempo que no me pasaba. Por eso contacté contigo. No porque quiera mostrar a la gente que mi cuerpo es bonito, cada uno que opine según sus gustos. Yo quería hacerme una sesión de fotos 10 años después de la que me hizo mi prima para su proyecto, y ver el paso de los años en mi cuerpo. Y además de encontrarme contigo, me di cuenta del valor que das a la belleza, que ni es homogénea ni tiene patrones, y que al final cada uno la percibe a su manera y no hay forma correcta de hacerlo. Todas las que pasamos por aquí somos mujeres con cicatrices (las mías no se ven pero están ahí), y junto con las arrugas son experiencias de vida, y joder ¡vivas estamos! Nadie en esta vida quiere ser perfecto porque además de imposible es irreal. Mostrar cuerpos diferentes de una misma época es educativo y gratificante. Además se le da mucha importancia al cuerpo, a estar bien físicamente (respecto a salud sí), pero nadie habla del interior. No, de los huecos de mi vagina no. De cómo pensamos, de cómo nos relacionamos, de cómo sentimos, de cómo nos expresamos. Las mujeres durante siglos hemos sido objeto de deseo (mayormente por hombres) y los somos, y lo seguiremos siendo, al igual que los hombres, porque en eso consiste la sexuación. Pero ni a ellos se le enseña a ser objetos, a ser deseados, a ser reclamados, a ser utilizados en cierta manera, ni a nosotras muchas veces se nos valora como sujetos. Y ambos, hombres y mujeres somos las dos cosas cuando nos relacionamos.

Mostrar cuerpos diferentes de una misma época es educativo y gratificante. Además se le da mucha importancia al cuerpo, a estar bien físicamente, pero nadie habla del interior.

Si consigo que alguien al verme o al leerme se sienta un poco mejor, ya habré conseguido mucho. Porque hay un montón de gente que lo pasa fatal por no seguir unos cánones de belleza que establece a saber quién, bulimias, anorexias, complejos, operaciones, miedos… y gestos y proyectos como este son necesarios y contingentes!! Ojalá reúnas a esas 100 mujeres valientes que quieren gritarle a la sociedad que en definitiva en la variedad está el gusto. Y que ser todas iguales sería muy aburrido.

Y aquí lo dejamos. Nosotros nos quedamos todavía un rato con Isa, charlando y charlando…