Noemí


Noemí es la primera persona de este proyecto que se ha sentido incómoda en la sesión de fotos, y nos ha encantado el motivo.

Seguramente no mentiríamos si decimos que Noemí llega a nosotros llena de miedos e inseguridades. Y es increible que ocurra esto, porque ella es, al menos en apariencia y en las distancias cortas, muy segura, y esto además lo transmite a su alrededor. Pero ponerse delante del filtro de realidad de nuestra cámara la ha hecho temblar sus cimientos, hasta el punto que ni tan siquiera nos dice su edad en la entrevista «Mi edad ya la sabes, pero prefiero que no la publiques… la edad es solo un número y no me llevo bien con ellos jajajaja» 

Noemí es maestra especialista en Audición y Lenguaje, osea, la logopeda del cole. Se dedica a rehabilitar el lenguaje de los niños en dos colegios públicos de la Comunidad de Madrid. Sí, ella es una de esas personas de nuestra sociedad que se encarga de que las generaciones que nos siguen sean capaces de manejar el mundo, y eso es, posiblemente, lo más importante de nuestra sociedad: la educación.

Para Noemí lo más importante de la vida son las relaciones humanas, con todo lo que ellos implica: bueno y malo «De lo malo no voy a hablar ya que todos lo sabemos. Pero es que incluso de malas experiencias siempre hay algo positivo que sacar, y las cosas buenas que puedes alcanzar en esas relaciones que se basan en la autenticidad y sinceridad son tantas que me merece la pena el riesgo de toparse con algunas que no alcanzan tus expectativas o que decepcionan terriblemente.»

Lo que no me gusta de mi cuerpo? bueno… hay mil cosas aunque estoy reconciliándome mucho conmigo misma en este sentido. He vivido llena de complejos la vida entera.

Llegamos a la pregunta trampa, así que nos lanzamos a riesgo de que nos conteste con una negativa ¿Qué es lo que no te gusta de tu cuerpo? y allá que va Noemí con toda la artillería: «Lo que no me gusta de mi cuerpo? bueno… hay mil cosas aunque estoy reconciliándome mucho conmigo misma en este sentido. He vivido llena de complejos la vida entera: soy muy bajita y por ello recibía burlas en el cole cuando era niña. Aunque eso es algo que ya no me atormenta, si que me gustaría tener las piernas más largas. Mi nariz es gigante y odio esas fotos de perfil en las que no se me ve más que un ojo porque el otro queda escondido por la gran narizota, pero también es algo que he aprendido a sobrellevar y a torcer la cabeza cuando veo una cámara cerca. Y lo peor  es mi culo: enorme, caído y lleno de estrías y celulitis. me da tanta vergüenza que en ocasiones salgo de los sitios caminando hacia atrás para que nadie lo vea en su esplendor. 
Esta chica nos acaba de volcar todo su repertorio y no podíamos dejar que se quedase así. Mientras seguimos haciendo fotos y obligándola a relajarse y olvidarse de su nariz y de su culo, también le preguntamos qué es lo que sí le gusta de su físico, y estamos de acuerdo con ella «Me gusta mi espalda y los hombros porque son fuertes, y mis pechos. Siempre han sido un punto fuerte que estiliza algo mi figura o que le quita notoriedad a las caderas y culo. Digamos que equilibran y hace que la ropa me siente mejor.»
Estoy orgullosa de considerarme una mujer fuerte. Con esto me refiero a que no me siento frágil en absoluto. He pasado varios baches y siempre recito el mismo mantra: “esto no puede conmigo, esto no puede conmigo.
Noemí ha conseguido sentirse orgullosa de muchos retos que se ha planteado a lo largo de su vida, y nos reconoce que, pensándolo bien, son unos cuantos y se siente realizada: «Haber vivido en el extranjero, aprendiendo otro idioma y adaptarte a otra cultura es algo que me aportó muchísimo y que me hizo madurar y evolucionar. Mi carrera profesional que partió de allí, pues estudie por mi cuenta mientras estaba en Escocia para la selectividad y la carrera que hice que es tan vocacional que me llena en muchos sentidos… sobre todo el personal, ya que como he dicho las relaciones humanas son lo más importante para mí y los humanos nos relacionamos usando el lenguaje por lo que, ayudar a los que tienen dificultades en este sentido es dotarles de herramientas para que consigan experimentar esas relaciones que tanto valoro. Quizá también estoy orgullosa de considerarme una mujer fuerte. Con esto me refiero a que no me siento frágil en absoluto. He pasado varios baches y siempre recito el mismo mantra: “esto no puede conmigo, esto no puede conmigo” y al final resulta así, nada puede conmigo por difícil que parezca, antes o después se consigue y esa fortaleza que experimentas en esos momentos hace que desaparezcan miedos infundados y hace que comprendas que en realidad tú sola puedes enfrentarte a todo, con que, imagina lo que puedes lograr con ayuda!»
A pesar de todo lo que reconozco que he avanzado y lo que reivindico para la mujer y para la sociedad en general, yo estoy tan supeditada a los cánones que nos imponen como la que más, por lo que me sentía superficial e hipócrita. Me ha hecho reflexionar mucho, mucho y eso me encanta. Me han sacado de mi zona de confort y ha merecido la pena.
Terminamos, y hemos conseguido que Noemí se olvidase de sus miedos y de sus inseguridades físicas, pero ocurre algo que nos ha dejado encadilados. Es la primera vez que alguien participa en este proyecto fotográfico y nos reconoce que lo ha pasado mal, pero el motivo ha sido precisamente uno de los motivos por los que hacemos este trabajo: «La sesión me pareció muy dura. Me sentí desnuda por dentro, ante un desconocido. Me resultaba muy incómodo no ir maquillada. Es absurdo pues el maquillaje no es una careta, pero me sentí muy expuesta sin poder disimular defectos y realzar virtudes que es lo que he estado haciendo toda mi vida quizás es lo que hacemos todos, y me ha hecho ver que a pesar de todo lo que reconozco que he avanzado y lo que reivindico para la mujer y para la sociedad en general, yo estoy tan supeditada a los cánones que nos imponen como la que más, por lo que me sentía superficial e hipócrita. Me ha hecho reflexionar mucho, mucho y eso me encanta. Me han sacado de mi zona de confort y ha merecido la pena. Estoy feliz de haberme enfrentado no ya al objetivo de la cámara sino a mí misma. La sesión me ha hecho cuestionarme aún más y eso es maravilloso. Por otro lado, ver que algo que a ti te parece que debes ocultar porque es feo a tus ojos es lo que otros pueden ver lo más atractivo de ti es lo que más te puede subir la autoestima. Si lo que yo considero lo peor a otro le encanta, puedo relajarme porque lo que considero bueno, no lo tengo porqué cambiar y lo que considero malo tú no quieres que lo cambie. Qué felicidad y qué descanso. Resumo la experiencia como el mejor aprendizaje para una mujer en cuanto a ella misma y como se posiciona ante el mundo. Mil gracias!»