Leticia


Conocemos a Leticia desde hace tiempo por otros asuntos solidarios. Y como no podía ser de otra manera en ella, al conocer este proyecto se ofreció voluntaria. Ha sido todo un placer tenerla en el estudio.
Con 37 años, actualmente trabaja como auxiliar veterinaria. Es un trabajo que le apasiona y con el que disfruta mucho. Es su vida, aunque a lo largo de estos años también ha probado en otros empleos. Pero no nos cabe duda, este actual, es perfecto para ella: «Los animales lo son TODO para mí» nos dice, y eso es más que suficiente para entender que ahora mismo está donde quiere estar.
Llegamos a la pregunta complicada, y abre una charla muy interesante. En sus propias palabras «Todo comenzó en el colegio. Con 12 años y de la noche a la mañana desarrolle lo que ahora soy. Fue tan tremendo el crecimiento que en mis pechos se abrieron estrías como grietas que mi mamá cuidaba todas las noches con cremas y un equipo de ultrasonido que traía cada día del trabajo. Recuerdo que entonces no le daba importancia y ella decía -algún día me lo agradecerás- y qué razón tenía. Pase de ser una niña a ser una mujer en 15 días y ahí comenzó mi complejo. Con una 105 de pecho los niños cambiaron mi nombre por -Teticia- Cansada de ello y para ocultar mi pecho, me volví rapera y hacía locuras sin sentido para intentar llamar la atención de otra manera que no fuese por mi delantera. Más tarde llegó el instituto y supe sacar partido a mis voluminosos pechos ya que comenzó el tonteo con los chicos, el duro pavo, pero eso solo fue un parche, ya que mi complejo no solo seguía ahí, sino que me sentía una gordita de tobillos finos y cuerpo voluminoso, como un botijo o una cigüeña.»
Me resulta difícil comprar ropa, una espalda pequeña y un pecho que ningún botón abarca, y ya ni hablo de sujetadores y biquinis que es misión imposible. Casi siempre llevo botas o botines y así disimulo mis tobillos de cigüeña que no van con el resto del cuerpo.
 Leticia se sigue desahogando en esta entrevista mientras hacemos las fotos de su book «Mi primer novio me llamaba -gordi- y -culo Juan- Juan es mi papá y es verdad que tengo un culo grande y respingón como él. Me convertí en una alocada chica, insegura y acomplejada que traía de cabeza a mis padres por mi comportamiento. Así pasé muchos años hasta que conocí al amor de mi vida. Cuando llegué a él, aún no se como se pudo fijar en mí, un chico tan perfecto que había tenido parejas tan espectaculares y guapas, yo no era como ellas. Pasé un año pensando que cada vez que se iba, no volvería a verle. Me sentía tan poquísima cosa. Recuerdo que me costó muchísimo desnudarme por primera vez y eso sí, siempre a oscuras para que no me viese. ¿Que tontería verdad? pues así pasé muchos años y hoy hay veces que aún me queda esa vergüenza de un cuerpo que no me gusta. Pero gracias a él, ahora lo afronto de otra manera, aunque sigo sin gustarme.»
Es tan intensa la entrevista con Leticia, que apenas queremos añadir ni cambiar nada. Seguimos oyendo su historia en sus propias palabras, porque es la mejor expresión que se puede hacer de uno mismo cuando se define por su aspecto físico «Me resulta difícil comprar ropa, una espalda pequeña y un pecho que ningún botón abarca, y ya ni hablo de sujetadores y biquinis que es misión imposible. Casi siempre llevo botas o botines y así disimulo mis tobillos de cigüeña que no van con el resto del cuerpo.»
Leticia si que nos reconoce que le gustan sus ojos «Me gustan por que tras ellos se me ve tal y como soy en realidad. Jamás puedo mentir ni ocultar lo que siento porque se me nota. Unos ojos que últimamente lleno demasiado de lagrimas, pero que tras ellos veo una vida bonita y con esperanza. Aunque miope, jajaja, siempre brillan y se llenan de luz. También me gustan mis manos y sus cicatrices. Antes las odiaba pero he aprendido a ver la parte bonita de ellas. Manos muy curradas, agrietadas y arañadas por el duro trabajo de salvar vidas a diario. Unas manos que nadie desearía, que a mi mamá le horrorizaba verlas tan descuidadas, pero para mí son un recuerdo diario de todo lo que amo
Cuando me miro en el espejo apenas veo más que tetas y culo por todos lados, pero detrás del objetivo de la cámara me he gustado y pienso ¿así me ve la gente?
 Una de las metas que Leticia se propuso en la vida y que ha conseguido ha sido tener su propia Asociación Protectora de Animales, un sueño que desde niña perseguía y que por fin ha visto realizado «Aunque muy duro, muy muy duro, arriesgado e insufrible, pero ahí continuo hasta que me falte el aliento. Porque ellos lo merecen todo, porque gracias a ellos me levanto cada día y sigo viva
Para finalizar, le preguntamos que le ha parecido la sesión de fotos y los resultados, y nos basta con su sinceridad «¿La verdad? ME VEO GUAPA!!! Me ha sorprendido sin maquillaje, sin ropa que tape esos defectos, y me veo guapa!!! menos michelines de lo que me esperaba. Cuando me miro en el espejo apenas veo más que tetas y culo por todos lados, pero detrás del objetivo de la cámara me he gustado y pienso ¿así me ve la gente? pues no estoy tan mal! Estoy contenta, muy contenta y no me da vergüenza, me siento muy bien!»
Me cuesta mucho estar a gusto conmigo, me cuesta quererme tal y como soy, y es que las personas y la sociedad no ayudan mucho a ello.
«No conozco ni a una sola mujer que no tenga algún complejo, no conozco a ninguna que se quiera tal y como es y creo que no es justo. Que ya está bien de preocuparnos tanto por tener un cuerpo que nos meten por los ojos y no son reales. Que la vida es para quererse, para disfrutarla y preocuparse de las cosas que realmente importan. Recuerdo una vez que fui a una sesión de fotos, la única que hice antes de EstaSoyYo Pasé mucha vergüenza cuando el fotógrafo me dijo que me sobraba agua, osea que estaba gorda. Me cuesta mucho estar a gusto conmigo, me cuesta quererme tal y como soy, y es que las personas y la sociedad no ayudan mucho a ello.»